Sunday, August 13, 2006

Lower Zambezi

23 Julio 2006

El dia de hoy desperté a las 6:45 de la mañana. Inmediatamente sentí como mi empeine estaba aun más hinchado debido a la picadura que una araña me había dado la noche anterior, es increíble como una araña puede radicalmente provocar que mi pierna se hinchara de esa manera. Me levante, me cambie, lave dientes y, junto con Faby y su hermana Paola, nos dirigimos hacia la lancha que nos llevaría a pescar. Nos subimos en la lancha junto con nuestro guía, su nombre es aun difícil de recordar, espero poder hacerlo después, y sobre el Zambezi nos dirigimos a nuestra aventura de pesca. Después de aproximadamente diez minutos de avanzar río arriba nos detuvimos cerca de donde se encontraban muchos hipopótamos, ya que nuestro guía nos comento que “En donde hay hipopótamos hay peces” porque el movimiento de los hipopótamos los atrae. Así pues, y con las cañas de pescar ya preparadas del día anterior con carnada, de un pez llamado “Kupe” en ingles, que Paola pescó, nos decidimos ir a la caza del pez tigre. El pez tigre, según nos explico el guía, es el pez por excelencia en el deporte de la pesca, ya que es un pez que es sumamente difícil de pescar por su fuerza e inteligencia. Lo interesante, es que todo pez tigre que se logre obtener, se tiene que regresar al río y no se permite matarlo, y sorprendemente, nos comentó que la herida que se provoca en la boca del pez en menos de tres días sana.

En varias ocasiones tiramos la caña de pescar y en muchas otras nos cambiamos de lugar en el río, el guía nos decía que el lugar no era bueno o que la corriente no era la adecuada. Al final, debo aceptar, estaba completamente defraudado, no había podido pescar ni un solo “Kupe”, cuando, inesperadamente, el guía me gritó y me dijo que tomara su caña de pescar para que yo sacara al pez gato que acababa de morder el anzuelo. Yo hice caso, tome la caña y en ese momento sentí como el pez jalaba con una fuerza tremenda la caña de pescar, con tal fuerza que la tuve que tomar con las dos manos y hacer un esfuerzo muy grande por no dejar al pez que me ganara. El guía me comenzó a dar instrucciones sobre como hacer para pescar al pez gato, las cuales yo seguía al pie de la letra. En general, lo importante es seguir al pez y enredar la cuerda cuando no se siente fuerza por parte del pez para así ir trayendolo, pero en el momento en que se siente que el pez jala la caña entonces hay que dejar ir mas cuerda para así no provocar que se rompa, o la cuerda o el anzuelo. Así estuve alrededor de 10 minutos, cuando para mi gran grán asombro, de repente vi en la superficie del agua a un pez gato ENORME!, el guía inmediatamente pidió la red y lo atrapó. Este pez, como podrán ver en la imagen, media alrededor de 1,80 metros y pesaba creo yo unas 45 libras ( No se bien el peso ya que el aparato que traía para medir el peso solo llegaba a 30 libras ). Es indescriptible la sensación y adrenalina que corre dentro de uno al ver el pez sobre el barco. Increíblemente, no se movía en absoluto y, según nuestro guía, este pez podría fácilmente sobrevivir afuera del agua unas 5 horas. Después de tomar las respectivas fotos, de haberlo tocado y visto hasta el cansancio, decidimos regresarlo al río, el guía muy cortésmente lo puso de nuevo sobre el agua, y así vimos como el pez gato inmediatamente al reconocer que se encontraba en agua nuevamente comenzó a nadar para perderse en la profundidad del rio.

Regresamos al lodge, enseñamos las fotos y terminamos de empacar maletas para regresar a Lusaka. Para no variar, y no perder esta gran costumbre que se esta formando en mi, perdimos el avión, ya que tanto Faby como yo nos confundimos y creímos que el avión salía a las 11.30 cuando era a las 11.10. Afortunadamente, como siempre, había otro avión dos horas mas tarde, así que simplemente pasamos ahí el tiempo. Platicamos con Lawrence, nuestro otro guía, sobre religión, y fue interesante escucharlo hablar y saber que en algunas religiones el Domingo no es el día en que se venera a Dios sino los sábados y que, como casi siempre, tampoco creen en la virgen Maria. Finalmente, a las 14.30 horas llegó el avión, de hélice obviamente, y nos subimos para emprender nuestro regreso. A las 15.00 horas aterrizamos en Lusaka, completamente mareados y coincidiendo todos que este ha sido el peor vuelo que jamás hayamos tomado.

Fue un muy buen día, un día en el que comprendí porque mucha gente ama la pesca, creo que ahora a mi me esta gustando mucho, y definitivamente regresaré a este magnifico rio, el cuarto mas largo de Africa y definitivamente un rio que cautiva los sentidos.

1 comment:

Anonymous said...

Lalo y Faby,

Hace mucho que no tenìa la oportunidad de entrar a su blog! Me parece maravillosa la oportunidad de leer y compartir sus aventuras.. y de paso aprender sobre esas culturas tan interesantes y tan ajenas que están viviendo.

Les mando un abrazo y mis mejores deseos desde acá tan lejos en México.

No dejen de actualizar cada que puedan este excelente sitio ;)

jm