Tuesday, April 10, 2007

Namibia: Cape Cross

Finalmente, (y después de casi 1,500km de recorrido) este día permite entrever nuestra proximidad ya con el mar, a tan sólo 2 horas de distancia estamos de nuestro primer encuentro con el oceano Atlantico en este otro extremo del mundo, por primera ocasión veremos el mar en África!. Hemos pasado por uno de los más renombrados parques nacionales de Africa, Etosha, hemos observado formaciones de piedra hermosas causadas por la erosión y efecto de la lluvia, VingerKlip, hemos conocido por primera vez un bosque petrificado, hemos manejado en carreteras interminables que invitan a la reflexión y que adormecen por su interminable monotonía al ser una constante linea recta y, aún así, el prospecto de llegar a la playa opaca todo! Pareciera si este fuera el objetivo último del viaje y nos apresuramos y preguntamos a cada rato si es que falta aún mucho para llegar. El camino de nueva cuenta no es pavimentado, pero se encuentra en perfectas condiciones y nos deja acelarar hasta 100km/h sin ningún problema. Así, llegamos a nuestro primer punto en la costa, Henties Bay. Esta pequeña ciudad costera se encuentra aproximadamente a 440km de Windhoek, 70km al Norte de Swakopmund y 60km al sur de nuestro destino final en este dia, Cape Cross, la colonia de osos marinos. Acerca de Henties Bay puedo decir que es un pueblo muy pequeño, pero que como en todos los lugares en Namibia, cuenta con todos los servicios, desde bancos, supermercados como Spar hasta 3 o 4 gasolineras. El lugar es frecuentado al ser un paso tanto hacia Damaraland como para visitantes hacia Cape Cross o el desierto del Namib. De esta forma, nuestra única estancia en Henties Bay se limitó a comer en un pequeño restaurante que resultó no ser de muy buena calidad pero que cumplió con su objetivo primario de calmar nuestra hambre. Alrededor de las 14:00 horas partimos dirección norte hacia Cape Cross siguiendo el camino que claramente era marcado como "camino de sal y que, por lo tanto, carecía de marcas delineando carriles. Este camino, fuimos advertidos, no representa ningún problema si el ambiente es seco, pero si hay lluvia, entonces se vuelve extremadamente resbaloso debido, obviamente a su composicion salina. Afortunadamente, nos tocó un clima seco y no tuvimos en absoluto ningún percance, con lo cual en menos de una hora llegamos a la entrada de la reserva de osos marinos, una aglomeración de aproximadamente 150,000!. En 1485 el navegador portugues Diego Cao fue el primer europeo en llegar a este lugar, y erigió una cruz de piedra como ayuda de navegación. Totalmente emocionados por la imagen que representaría observar toda esa cantidad de osos marinos, descendimos del carro inmediatamente, pero la bienvenida no fue en absoluto elegante al percibir un olor a excremento que dificilmente se podia ignorar o acostumbrarse a el. Afortunadamente, el olor decrecía conforme nos acercabamos hacia la colonia de osos marinos y, de hecho, durante todo el tiempo que los observamos, no tuvimos que soportar más el apestoso olor, fuera por la brisa del mar o porque ya nos habiamos acostumbrado un poco. De cualquier manera, esta primera impresión no hizo más que enfatizar nuestro deseo de observar a estos animales, creando una aura de misticismo al escuchar, cada paso más cerca, sus gruñidos y chillidos con mayor intensidad. Que espectáculo es poder admirar esa gran colonia!, a todos lados que volteabamos los observabamos, algunos panza abajo descansado con las aletas abiertas, otros sobre piedras y en la clásica posición que los caracteriza, otros tanto peleando y gruñendo a cada ocasión y, sobre todo, una cantidad significativa de pequeños osos marinos que no creo tuvieran más de 2 o 3 meses de nacidos. El espectaculo es cautivador, desde verlos descansar hasta observarlos pelear, con centenares de chiquitines chillando y corriendo detrás de sus madres y, en algunas ocasiones, algunos se encuentran sin sus madres, según entendimos, porque las madres se van de caza al mar dejando a sus vastagos sólos incluso hasta por dias. Los osos marinos, pertenecen a la familia de los otáridos (junto también con los leones marinos) y se caracterizan por tener extremidades inferiores en forma de aleta. Parecidos a las focas, se diferencian de éstas en que sus "cachorros" crecen muy lentamente y permanecen hasta dos años con sus madres. La forma más sencilla de diferenciarlos es que las focas no tienen orejas, mientras que los otáridos si. Tanto a los osos marinos como a los leones marinos se les conoce también como lobos marinos y de ahi que el nombre correcto para este tipo de colonia sea lobería. La pregunta ahora es, como se diferencian los osos marinos de los leones marinos? y la respuesta es muy sencilla: el hocico de los leones marinos es chato mientras que en los osos marinos es puntiagudo. El alimento principal de estos enormes carnivoros de hasta 200kg, en el caso de los machos, es el krill, una especie de crustaceo parecida al camarón, de 3 a 5 cm de longuitud, y que constituye un eslabón muy importante en la cadena alimenticia para muchos otros predadores, siendo considerado como uno de los eslabones más importantes de la Cadena Trófica (cadena alimentaria). Por casi una hora y media observamos y escuchamos a los "dueños" de esta sección de la playa, percatándonos de la cantidad enorme que nadaban en el mar también. Sin embargo, y no por nuestro propio gusto, tuvimos que dejar el lugar, ya que comenzaba a obscurecer y la puerta (que de puerta no tenía en absoluto nada) la cerraban a las 18:00 horas. Pero nuestras sorpresas para este día no terminaron aquí y fue muy reconfortante observar el increible lugar que habíamos reservado para pasar esta noche, Cape Cross Lodge. Este lodge, se encuentra a escasos metros de la playa y, lo más importante, a una muy buena distancia del olor distinctivo de la lobería. Con 20 cuartos de super lujo, nuestra estancia en verdad fue placentera, arrivando exactamente para observar la puesta de sol relajados comodamente en nuestra varanda y, 2 horas más adelante, disfrutando de una exquisita cena para después dormir bajo el arruyador sonido de las olas del mar. Fue en verdad, un día muy interesante, dándonos el sentimiento indescriptible de saber habíamos visitado la colonia de osos marinos más grande del mundo.

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