Habiendo atravesado el día anterior los más de 140km de extensión del parque con la preocupación de llegar a tiempo al otro extremo, en donde se encontraba nuestro lodge, para salir a la hora en que cerraban el parque, no nos permitió admirar con calma la maravilla que esta reserva representa. Con una extensión de 22,912 kilometros cuadrados y una cantidad impresionante de animales, el manejar en los siguientes dos dias en este lugar fue toda una aventura muy agradable, en donde, con mucha suerte, pudimos observar en varias ocasiones leones e incluso al tan extraño rinoceronte negro. Desde el común springbok hasta el aterrador león encontramos, desde dos leones en la lejanía, una leona caminando al lado de nuestro carro hasta una familia de 11 leones, con un león macho que dejaba entrever, sin ninguna duda, porque es el rey de los animales, con una majestuosidad al caminar que aun observarlo a muchos metros de distancia provocaba silencio entre nosotros por el respeto que transmite, cuando el camina, los demas integrantes siguen, cuando el se detiene, los demás tambien. Que maravilla de lugar, con depresiones inmensas de color blanquizo que se pierden en el horizonte, totalmente desoladas, secas y abandonadas, que durante la epoca de lluvias, como en el caso de la depresión de Etosha, se inundan por la afluencia de los rios Ekuma y Oshigambo en el Norte y que permite entonces alojar a poblaciones inmensas de flamingos. Dentro del parque existen tres lodges administrador por el gobierno: Namutoni en el extremo este del parque, Halali a la mitad del parque y a 8km del camino principal y finalmente Okaukuejo en la parte oeste del parque. Desafortunadamente, no pudimos alojarnos en estos lodges ya que se encontraban en remodelación y las reservaciones para los pocos cuartos que tenian habian sido hechas con muchos meses de anticipación, siendo esta la razón por la cual nos quedamos en un lodge afuera del parque, Etosha Safari Camp, el cual resultó ser muy agradable y a tan sólo 8 kilometros de la entrada oeste del parque. Injusto sería no mencionar la gran cantidad de animales que vimos en el parque, desde Zebras Burchell, hartebeest, gnus, jirafas, kudus, ardillas, springboks, elefantes, jabalies, avestruces, un rinoceronte negro hasta, como ya mencione anteriormente, una manada de 11 leones!. Pero, en lo personal, mi mayor interés se enfocó hacia las aves. Este lugar, tiene una gran cantidad de ellas, y fue el primer lugar en donde pude observar avutardas (bustard en inglés), halcones de diferentes especies, aves secretario, grullas del paraiso ( blue crane en inglés y que son el ave oficial de Sudáfrica) y muchisimas especies de aves pequeñas más. En esta ocasión hablaré un poco sobre el ave secretario, la cual también se le ha dado el nombre de serpentario, al tener una habilidad muy grande para cazar serpientes. Esta ave de presa, al tener la librea gris, las patas negras y un copete de plumas, se asemeja a los secretarios británicos de siglos pasados y se presume que de esa similitud toma su nombre. Otra hipótesis propone que su nombre proviene del árabe saqr-et-tair que significa 'ave de presa'. Perteneciente a la orden de los Falconiformes ( como muchas otras aves de presa diurnas como los zopilotes, harriers, buzzards, etc), y a la familia Sagittariidae. Esta ave, endémica de la África sub-sahariana, es parte del escudo de armas de sudáfrica.
Dentro de los antílopes, el Oryx fue el que más llamó nuestra atención. Este antilope con una altura promedio de 1.2m, una longuitud promedio de 2 metros y con un peso de hasta 240kg en los machos, es totalmente identificable por las marcas negras que corren a los lados de su cara, por su cola tipo caballo de aprox. 46cm y sus cuernos de 85cm tamaño promedio. El oryx ha sufrido varias adaptaciones fisiológicas para sobrevivir las altas temperaturas, incluyendo, por ejemplo, mecanismos especializados de enfriamiento de la sangre en la cabeza. Así pues, estos 3 dias que pasamos en el parque Nacional Etosha, estuvieron llenos de sorpresas y de mucho aprendizaje sobre biodiversidad, pero, sobre todo, nos permitieron poder comparar la gran diferencia que existe entre los parques nacionales de Zambia y los de Namibia, una diferencia abismal en cuestión de infraestructura y promoción, lo cual, en cierta forma, añade a Zambia su toque tan característico de lugar remoto y "salvaje".
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